Una velada magnífica

Sólo los elegidos deciden su muerte y se convierten en héroes. Por eso redactó su propia esquela y a hurtadillas pegó copias por el pueblo.

✞ Sr. Fulanito de ***, criatura de Dios, nieto, hijo, esposo, padre y abuelo (tirano y opresor) decidió acabar con su vida hoy mismo, en un acto generoso que conocerán durante el velatorio en casa del difunto. Para limar asperezas, todos los presentes serán obsequiados con una buena copa (dos,tres,cuatro…).

Después cayó sobre su sillón (como atravesado por una daga) y clavó los ojos en aquel cuaderno (con tapas de plata repujada) que difícilmente le arrancarían de las manos. En él no había anotado ni un hecho atenuante a su favor; nada de compasión. El rictus de su boca era, quizás, su mejor sonrisa.

Y poco a poco fueron llegando todos aquéllos que le hubiesen matado en vida.

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