Para que presumas de botas

La fuerza del olvido puede hacerle creer que es una mujer, pero consigue convencerle de que es un hombre. Se para frente a un escaparate: «bota tacón plataforma piel royal color negro». Podría ser un buen regalo de reyes si es que no lo ha sido ya. El resto de la tarde deambula por la ciudad y regresa al séptimo piso a eso de las 20:30. Paloma no está en casa.  «Volveré tarde de la cena de empresa. Acuérdate de darle de comer a Peter», ha escrito en una nota hace un par de horas; aunque también puede ser que nunca la escribiese. Chema se sorprende a sí mismo con una evocación robótica : «Peter es un carassius rojo, de la variedad escama de perla, grande y con una expectativa de vida de entre cinco y diez años si se le cuida bien. Los criadores de peces aconsejan que cada comida, una o dos al día, no más, no debe superar la cantidad que el pez sea capaz de tragarse en un par de minutos». Le da suficiente alimento como para que se atiborre durante diez minutos. Las escamas van cayendo como copos de nieve hacia el fondo de la pecera.

En la habitación conyugal no observa ningún objeto a la vista que le sirva de recordatorio. La decoración es mínima y al igual que en el resto de la casa, no hay ningún adorno navideño. En su parte del armario está colgada ese tipo de ropa que ha visto por las calles: pantalones con un 50% de poliéster, camisas con un 75% de algodón, jerseys con un 25% de nylon y cazadoras 100% piel bovina. En la parte de ella descubre un abrigo de la marca Lenneox fashion: «básicamente es ropa de chica que a Paloma le sigue quedando bien. Como el Ice Palace Gsus, abrigo largo rodilla, abrigado, entallado, cremallera doble carro, cuello con pelo y brillantina (lurex), costuras contraste». En el zapatero encuentra la «bota tacón plataforma piel royal color negro», pero no parece recordar que hace tan sólo un rato que la ha visto en un escaparate. En los cajones de la cómoda hay ropa interior de Paloma: cullotes con un 5% de elastán, braguitas con estampado de flores, 1x negras lisas y 1x fucsia lisas. 100% algodón. Medias con encaje en la liga, tira de silicona antideslizante para impedir que se muevan, 87% poliamida…

Recuerda al dedillo descripciones superficiales, indicaciones sobre productos, manuales de uso, colecciones discográficas y cosas así a las que no puede atribuir ningún sentido. El desconcierto es mayor si cabe porque uno no puede cantar Harvest Moon de memoria y llegar a las lágrimas por las buenas. Ni qué decir tiene que su escritorio está demasiado ordenado. Cómo es posible que no haya papeles sobre la mesa, una simple nota, apuntes insustanciales que le den pistas sobre su vida antes del accidente…

«Tenemos ahora otra eternidad
y fue siempre mejor cuanto pasó»

No llega al extremo de creerse que esas palabras son suyas y no de Pessoa, como tampoco puede creer que no haya libros en su casa, ni que las huellas cenicientas de sus dedos no sigan de alguna forma sobre el teclado, ni que el disco duro del ordenador haya sufrido -como quieren hacerle creer- un borrado accidental.

Un carassius gigante quiere tragárselo y él se agarra con fuerza a una de sus aletas laterales. Va escalando posiciones hasta  encaramarse al lomo del pez como un jinete. Se escucha el movimiento pesado de las branquias, una cadencia que le saca del sueño porque se trata de su propia respiración entrecortada.

Parece que Paloma ya ha regresado. Chema enciende la luz de su mesilla de noche y levanta la funda nórdica para echar un vistazo.

«Y, ¡cuán blanco de gracia
es el paisaje que desconozco,
visto al través de la vidriera
del hogar que nunca tendré! »

Al rato vuelve a despertarse pero ya es de día. Paloma ya no está –si es que alguna vez estuvo. Decide que le comprará las botas porque se ha olvidado de habérselas regalado. La memoria le juega estas bromas. Primero se percata de que hay cosas, situaciones, que le suenan de algo, y cuando por fin encuentra el motivo de por qué le resultan familiares, se olvida de que hubo una primera impresión que necesitaba ser contrastada. Y a la inversa: se olvida de algo evidente y confrontado cuando llega a ser demasiado obvio para aquello que le resulta conocido.

Se asoma a la terraza y allá abajo, donde todos son tan diminutos como sus vidas, se escucha el murmullo fantasmagórico de los villancicos sonando en los altavoces de las calles. Es fácil reconocer el estribillo, tan fácil como saber qué viene a continuación.

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